Guia definitiva de los edulcorantes
- Jose Manuel Carazo Camara
- 2 ago 2016
- 5 Min. de lectura

¿Qué son los edulcorantes artificiales?
El término edulcorante artificial se refiere a un grupo de productos químicos que son añadidos artificialmente a los alimentos, con la promesa de hacerlos por igual deliciosos y saludables. Su premisa fundamental es que conservan el sabor dulce, pero sin las calorías que tanto rehuyen algunos.
Esto es parcialmente cierto, pues si bien los edulcorantes no están libres de calorías completamente, éstas son tan poco numerosas que el cuerpo virtualmente no las asimila. Sin embargo, esto no hace que estos productos sean instantáneamente saludables.
¿Cómo funcionan los edulcorantes artificiales?
Las papilas gustativas constituyen un mapa complejo y perfecto: están dotadas con receptores que sintetizan las moléculas que componen a los sabores, y para cada una de ellas envían un impulso al cerebro.
Lo que pasa con los edulcorantes artificiales es que están hechos con moléculas tan similares a las del azúcar tradicional, que nuestras papilas, por asociación, sintetizan su sabor como si fueran azúcar tradicional. No obstante, estos productos siguen siendo sustitutos, no azúcar, con lo cual la ingesta calórica se reduce.
Pese a esto, el cuerpo sí logra sintetizar algunos edulcorantes artificiales para convertirlos en calorías, con lo cual no podemos decir que se trate de productos dietéticos infalibles.
¿Cuáles son los edulcorantes artificiales más comunes?
Estos son algunos de los edulcorantes más comunes en el mercado. La mayoría de ellos están avalados por asociaciones en Estados Unidos y la Unión Europea:
Aspartamo: este edulcorante no calórico es unas 200 veces más dulce que el azúcar tradicional.
Acelsufamo potásico: 200 veces más dulce que el azúcar. Muy usado para cocinar y hornear.
Advantamo: muy usado en la cocina, es unas 20.000 veces más dulce que el azúcar tradicional.
Aspartamo acelsufamo: es unas 350 veces más dulce que el azúcar.
Ciclamato: 50 veces más dulce que el azúcar regular. Es muy usado en la cocina, pese a que en Estados Unidos fue vetado en 1970.
Neotame: es unas 13.000 veces más dulce que el azúcar tradicional, y se le conoce comercialmente como Newtame.
Neohesperidina: 340 veces más dulce que el azúcar regular. Suele usarse en la cocina, si bien está prohibida en Estados Unidos desde hace varios años.
Sacarina: es 700 veces más dulce que el azúcar regular.
Sucralosa: es 600 veces más dulce que el azúcar tradicional. Suele ser usada en la cocina y para acompañar los alimentos ácidos.
¿Cuáles son los efectos reales de los edulcorantes artificiales?
Si bien es cierto que los edulcorantes artificiales no suelen traer mayores riesgos para los seres humanos, hay algunos posibles efectos que pueden tener sobre el organismo que vale la pena analizar:
1. Efectos sobre el apetito y el peso
Los edulcorantes artificiales pueden hacerte ganar peso, pero muy poco y de manera colateral.
Ésto sucede porque la mayoría de ellos son incapaces de activar las señales del cerebro que indican que estamos satisfechos luego de comer. Debido a esto, hay quienes creen que los edulcorantes suelen abrir el apetito para que comas más comidas azucaradas. No obstante, otros estudios han recogido evidencias que indican lo contrario, con lo cual hacen falta más estudios que indiquen si todos los edulcorantes artificiales abren por igual el apetito.
También en cuanto al aumento de peso hay resultados mixtos: estudios observacionales indican que consumir edulcorantes artificiales puede llevar a un aumento de peso, mientras que otros estudios controlados parecen indicar lo contrario.
Lo que sí es cierto es que, en cuanto a cifras se refiere, reemplazar comidas y bebidas azucaradas por sustitutos artificiales de este tipo lleva a una reducción significativa de las calorías consumidas, lo cual es beneficioso para el peso siempre y cuando las ansias de dulce colaterales no acaben por superarnos.
2. Efectos sobre la diabetes
Debido a su efectividad para producir sabores dulces sin elevar los niveles de azúcar en la sangre, podemos afirmar que los edulcorantes artificiales son buenos para los diabéticos.
No obstante, es recomendable consumirlos con cautela, en tanto algunos estudios observacionales han arrojado luces sobre una posible relación entre la ingesta de estos edulcorantes y el desarrollo de diabetes tipo 2 en algunas personas.
Estos estudios, sin embargo, no son definitivos, y pueden estar influidos por factores individuales. No constituyen un evidencia que repruebe el uso de sustitutos de azúcar para pacientes de diabetes.
3. Efectos sobre el síndrome metabólico
El síndrome metabólico designa a un cúmulo de condiciones que incluyen presión sanguínea alta, azúcar alto en la sangre, exceso de grasa en el abdomen y niveles de colesterol anormales, con todas las consecuencias que derivan de ello: diabetes tipo 2, obesidad y enfermedades similares.
Algunos creen que sustitutos del azúcar como las sodas dietéticas pueden acelerar la aparición de este síndrome. No obstante varios estudios parecen desmentir esta creencia. De hecho varios estudios indican que, a efectos prácticos, el agua y la soda dietética tienen los mismos efectos sobre el aumento de peso.
4. Efectos sobre la salud intestinal
Tener una mala salud intestinal puede llevar a efectos indeseables como aumento de peso, niveles de azúcar irregulares o desarrollar un sistema inmune inestable.
En este sentido, se cree que el consumo de edulcorantes artificiales trae efectos negativos en la salud intestinal y la flora bacteriana.
Un grupo de estudio mostró un empeoramiento en los niveles de azúcar en la sangre y otras consecuencias asociadas con el empobrecimiento de la salud intestinal, tras 5 días consumiendo edulcorantes artificiales de manera constante. No obstante, se trata de un estudio aislado, y faltan más estudios que apoyen estos resultados.
5. Efectos sobre el riesgo de padecer cáncer
Esta teoría surgió en los años 70, cuando un grupo de ratones a los que se les dio sacarina demostraron tener mayores posibilidades de sufrir cáncer tras consumirla. No obstante, muchos estudios se han realizado desde entonces, y felizmente se ha demostrado que los humanos procesamos de manera distinta este tipo de químicos. Podemos decir pues que los edulcorantes artificiales no provocan cáncer en los humanos.
El ciclamato es acaso la única excepción, que luego de mostrar efectos dudosos en ratones y humanos, fue prohibido en Estados Unidos. Ningún otro edulcorante ha sido asociado al cáncer de igual forma.
6. Efectos secundarios menores
Si bien se entiende que los sustitutos del azúcar son sanos en la mayoría de los casos, algunos como el aspartamo o la sacarina tienen efectos secundarios menores como:
Depresión.
Insomnio.
Convulsiones.
Alergia a ciertos componentes, como la sulfanamida de la sacarina.
Algunas dificultades para respirar.
Conclusión
Pese a algunas ideas dramáticas que existen al respecto, los edulcorantes artificiales no tienen efectos negativos dramáticos para la salud humana, y en muchos casos son beneficiosos, como en el caso de los pacientes de diabetes. Eso sin mencionar que no hay pruebas de que causen cáncer.
No obstante, su uso es recomendable solo como sustituto y nunca como complemento del azúcar tradicional, y no hay que subestimar las ansias de dulce que algunos sustitutos de azúcar suelen despertar.
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